Archivo mensual: enero 2013

El día de los periodistas

Por Eva Diz
El día de los periodistas llegará (seguro). Pero no será hoy, por mucho que alguien se haya empeñado en decir que lo es porque en el calendario cristiano, católico y apostólico hoy es San Francisco de Sales. Hoy puede ser todo menos el día del periodismo, porque hoy es el día en el que se ha mostrado en papel y en primera plana en qué situación está la profesión y hacia dónde la están llevando los que reinan en ella a sus anchas.

Chavez Portada El País

El País (cabecera de la que durante años fui suscriptora fiel y lectora inquebrantable) ha publicado en portada y a un tamaño más que considerable una foto patética y, encima, falsa que le obligó a retirar su primera edición impresa. Sí, compraron un clip de Youtube en el que aparecía un hombre entubado que no era en absoluto Chávez, a pesar de lo que afirmaban en la noticia a la que acompañaba.

Pero lo peor no ha sido eso. Lo peor ha sido que, tras sus pocos escrúpulos y la metedura de pata (sí, todos cometemos errores, incluso El País), la reacción del diario bandera del Grupo Prisa fue buscar una excusa, una malísima excusa, tratando de volcar la culpa del error sobre la agencia que se le vendió la fotografía.

Entonces, si la agencia es la mala de la película… ¿dónde está la responsabilidad del periódico de publicar una foto -poco (o nada) informativa sino más bien morbosa- en portada sin confirmar con fuentes diferentes y fiables su procedencia, su autor y el momento en el que fue tomada? ¿Quién estaba en esa reunión de portada? ¿Qué dijo el redactor? ¿Qué le dijeron sus jefes? ¿Quién tomó la decisión definitiva? No se trata de buscar culpables sino de ver en qué eslabón de la cadena se perdieron los escrúpulos, en qué momento pesó más la avaricia y la vanidad que la ética.

Quizás la ética se fue con el ERE de El País . Y con todos los EREs que ha vivido la profesión en España en los últimos años. Se fue con todos esos profesionales a los que me cruzo en el día a día tratando de reinventar el periodismo, para que no muera (o más bien, para que no nos lo maten). Quizás los que se han quedado en la redacción ya no tengan tiempo para ética, ni para pensar, ni para informarse. Y así no se hace periodismo. Se hace Sálvame Deluxe.

Otras noticias, opiniones y versiones de historia:

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Marketing de contenidos: el periodismo de marca

Por Eva Diz
Marketing de contenidos, periodismo de marca, branded content… Algunos habréis oído hablar hasta la saciedad de estos conceptos, cada día más de moda en el mundo de la comunicación y más apreciados por las empresas y grandes marcas. Hoy me ha parecido más que oportuno traerlos a colación, al hilo de las reflexiones que planteaba el otro día sobre qué debe saber un periodista en 2013 para sobrevivir en este mundanal ruido de crisis, redacciones escuálidas, paro y trabajos mal pagados.

Periodismo de marca

Sé que, después de la sangría de los últimos años, muchos compañeros están buscando una salida, una forma de afrontar una situación a la que no están nada acostumbrados: lejos de las redacciones, nuestro hábitat natural, todo parece más difícil y el miedo y el desconocimiento de hacia dónde tirar nos paraliza. Por eso, aunque por suerte algunos han encontrado nuevos caminos, me gustaría mostrar algunas de las ventajas que ofrece escoger el que yo he escogido.

Periodismo-nuevo

Como pasa con casi todo, en Internet hay una extensa literatura sobre el tema. Si os decidís a leer e investigar sobre ello os daréis cuenta de que las puertas del optimismo para la profesión se abren de par en par y, para mí, es particularmente gratificante: todo lo que está pasando viene a reforzar la postura que decidí adoptar hace dos años cuando ideé ZinKfo como una agencia de marketing de contenidos. Muchos todavía me preguntáis que qué es lo que hacemos exactamente, que qué es eso de marketing de contenidos… Pues bien, básicamente utilizamos nuestros conocimientos y habilidades como periodistas para ofrecer a las marcas la posibilidad de contar con su propio equipo de redactores que les permitirá ofrecer contenido de calidad, útil y actual a sus clientes y potenciales consumidores. La ventaja para las marcas radica en alimentar una imagen positiva frente a su audiencia, ganar difusión y llegar a públicos que, de otro modo, no podrían alcanzar.

periodismo-de-marca-claves

Muchos dirán que eso no es periodismo, que si estás trabajando para una marca eso es publicidad y marketing. Y puede que tengan su parte de razón, pero… ¿alguno se ha parado a sustituir la palabra «medio» por «marca»? Muchos llevamos toda la vida trabajando para marcas porque los medios de comunicación son -no lo olvidemos- empresas que tienen una audiencia a la que le quieren vender algo y a la que desean fidelizar. Es cierto que los medios de comunicación tienen ese sentido de servicio público… pero, ¿realmente lo hacen valer? Que levante la mano quien trabaje (o haya trabajado) en un medio que nunca, y digo NUNCA, le haya pedido que cubriera un tema concreto por intereses que fueran más allá de la estricta actualidad o necesidad de información de la opinión pública, que redactara un breve sobre una nota de prensa de una empresa determinada, con un sesgo ideológico específico o sobre un personaje o producto vinculado a ese grupo de comunicación…

Periodismo-marketing

La frontera ha estado difusa y muchas veces solo controlada por la ética profesional de cada periodista que, en un momento dado, se atrevía a decir hasta aquí hemos llegado. Por eso, pregunto: ¿qué es mejor, redactar información útil para la audiencia de una marca de forma transparente o hacerlo escondido tras el buen nombre del servicio público y la independencia mediática?

El futuro del periodismo existe. Y pasa por tender la mano al enemigo: el marketing. Para muchos será duro, pues pasa por un cambio radical de mentalidad y obliga a vencer algunos escrúpulos. Pero, de verdad, creo que es necesario. El buen periodista no necesita de un medio de comunicación para ser lo que es: periodista. Se puede hacer periodismo y muy bueno desde un gabinete de comunicación o desde tu propio blog. Porque periodismo no es solo escribir de política, destapar escándalos de corrupción o informar de sucesos varios. Los que antes sepan asumirlo, antes podrán afrontar lo que nos espera.

Periodismo-futuro

Es el momento de rescatar del baúl de los recuerdos aquellos dos años que muchos compartimos en la facultad con asignaturas puramente dedicadas a la publicidad y al marketing. Es el momento de hacer valer lo que eres por ti mismo, no como parte de un medio: tu estilo, tus técnicas de documentación e investigación, tu capacidad para explicar determinados hechos o realidades complicadas a la audiencia, tu facilidad para redactar con calidad y sobre casi cualquier cosa, tu valía para encontrar temas noticiosos y para convertir en interesantes aquellos que, a priori, no lo son tanto. Sí, todo eso es útil para las empresas y para las marcas. Ellos se han dado cuenta. ¿Tú aún no?

Por si a alguno le interesa leer más opiniones sobre el tema, aquí dejo algunos enlaces:

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El periodista de 2013

Por Eva Diz
Dicen que en 2013 todo periodista debería… saber grabar y editar vídeos, utilizar las redes sociales; desenvolverse correctamente en el entorno web y conocer el funcionamiento de Internet como medio de comunicación; saber posicionar sus artículos y vídeos; manejar nuevas herramientas que le sirvan para evaluar las tendencias y conocer los intereses de su audiencia; saber analizar y utilizar los datos para crear nuevos y mejores contenidos y tener la capacidad de ofrecer experiencias al lector a través del contenido, no solo dar contenido puro y duro. Un casi nada… Lo cierto es que, al leerlo, me he dado cuenta de que la mayoría de los periodistas que conozco (y entre los que me incluyo) tenemos, desgraciadamente, un aprobado justito en la materia.

No es que me haya propuesto empezar el año haciendo autocrítica sobre el periodismo actual, pero me ha resultado inevitable compartir estas reflexiones y entonar un «a mí me ha pasado», reconocer que, de esa lista, hay cosas que debería saber y no sé. Que, quizás, la profesión nos exige tanto en el día a día que nos olvidamos del mañana. O, quizás -simplemente-, el presente nos ha cogido desprevenidos, sumergidos en la rutina.

Seguro que a muchos nos pilló el toro haciendo horas extra delante del ordenador porque, pase lo que pase, el periódico siempre sale al día siguiente… Aunque haya la mitad de plantilla que el año pasado, aunque haya menos publicidad y se tenga que llenar «con lo que sea», aunque el servicio esté repleto de noticias que no le interesan a nadie, de titulares de chascarrillo e insulto, de pérdidas de tiempo. «A mí me pasó».

Y cuando la suerte me cambió el destino y me sacó de la redacción vi que, de la lista anterior, solo cumplía con lo básico y que el mercado al que me enfrentaba no solo estaba saturado de oferta como la mía sino que reclamaba otro tipo de perfil. La situación era como tantas que aún escucho a diario: Yo, periodista de raza, de libreta de anillas de toda la vida, con un Twitter por casualidad y un Facebook en desuso. ¿Linkedin? ¿perdón? …Y así, un largo etcétera.

Es cierto que actualmente la crisis no ha dejado mucho hueco en las redacciones para aspirar con optimismo a una recuperación del sector. Además, las empresas y grupos de comunicación están tardando en reaccionar a las necesidades que marcan los nuevos lectores y las nuevas tecnologías, sin saber gestionar la estampida publicitaria que busca nuevas fórmulas de comunicación con los consumidores.

Pero aún en este panorama hostil y aparentemente estéril, parece que nace la necesidad de un nuevo periodista, ése que es capaz de enfrentarse a cualquier tipo de noticia y contarla a través de diversas formas de contenido multimedia. Es el periodista total, esa amenaza que flotaba en las redacciones a principios de la década del 2000, y que se ha hecho realidad a fuerza de derrotas. Y ya no hay vuelta atrás. Habrá que dejar las pataletas y ponerse las pilas: el mundo ya no es como lo conocíamos y nos está pidiendo a gritos un cambio radical. Es una cuestión de supervivencia: o nos adaptamos o morimos. Y sálvese quien quiera.

#ahílodejo

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Los años impares

Por Eva Diz
Lo confieso: soy de números impares. Quizás porque soy hija única, impar e irrepetible (por suerte para mis padres); quizás porque los pares me suenan demasiado dulce y yo soy más de salado… No sé, pero prefiero un 2013 con toda su fama de mal fario que un 2012 redondo, par y casi capicúa (por no hablar de todas esas cifras horribilis con las que nos ha dejado).

Feliz año 2013

Así que, por mucho que digan, estoy increíblemente feliz de empezar el año en el que, según el presidente del Gobierno, las cosas aún irán a peor y diosnoscojaconfesados…

Sí, porque creo que hay también muchas (muchísimas) posibilidades de que algunas otras cosas vayan a mejor, de que haya grandes éxitos personales y profesionales que celebrar, de que encontremos nuevas caras con las que compartir y aprender, de que un revés venga seguido de una palmadita en la espalda… En fin, de que seamos muchos los que consigamos darle la vuelta al 13 y convertirlo en un año 10. O 9,5 que es impar y, además, sobresaliente.

Os deseo de corazón un gran año. Que no falte salud ni amor, y que los Reyes Magos nos traigan a todos un pellizco de felicidad.

Nos leemos 🙂

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