Archivo de la etiqueta: prensa

Periodistas, crisis y la larga agonía de la libertad de expresión

Vais a permitirme entrar en vuestra pantalla así, de pronto, para pediros que me acompañéis en una reflexión. Sé que no me he pasado mucho por aquí últimamente, sé que he incumplido una promesa tras otra como un político cualquiera. Lo sé. Pero estos días las malas aguas del periodismo me han revuelto el estómago. Y no me ha quedado otra que venir aquí a escupir un poco de rabia. Leedme desde el cariño, que nadie se me ofenda, por favor.

Si fuera poeta, hoy escribiría una elegía. Porque estamos casi muertos, porque vamos a morir todos. Sí, así, sin paños calientes. En las últimas semanas, sin tener demasiado tiempo para pararme y leer -como viene ser, por desgracia, habitual en mí desde hace ya una larga temporada- he visto titulares, me he encontrado amigos, he recibido llamadas y lamentos sobre todo lo que se le viene encima al periodismo. Nada que me sorprenda ya. El anuncio de la muerte de la profesión lleva demasiado pesando sobre nuestras cabezas. Personalmente, todo esto, ya solo me produce hartazgo y una profunda desilusión.

Una profesión como el periodismo no muere a menos que muera la ciudadanía (aunque hemos de reconocer que ya estamos un poco zombies…), que muera su interés por saber, por entender, por participar en lo que se supone su gobierno. El gobierno del pueblo y tal. Todo eso que nos vendieron. Lo típico. Al periodismo se le mata, se le amordaza, se le humilla y se le corrompe. Y ahí están muchos picando piedra. Tantos como para empezar a hacer daño de verdad.

EREs y silencios

Pongamos contexto para el que ande despistado. Unidad Editorial prepara un nuevo ERE que sumará a los 900 despidos que suma desde que empezó la crisis y que se añaden a la infinita lista de todos los periodistas que han acabado en la calle desde que ¡plop! la burbuja de esa vida de lujos y bienestar que tanto se prometía España estalló para siempre. Sí, adiós y hasta nunca. Una pena que tantos compañeros se queden sin trabajo, sin salario, que tengan que buscarse la vida una y otra vez desperdiciando su talento haciendo lo que cada uno buenamente puede para pagar el alquiler… Una injusticia sabiendo lo que cobran quiénes mueven los hilos. Una barbaridad si uno piensa en lo que queda en las redacciones de esos medios con los que algunos hemos crecido, en los -unos débiles y otros podridos- mimbres con los que se prepara la información.

Pero, precisamente, los peores moratones que luce la profesión de periodista no es el problema de los despidos, la crisis de los medios como negocio rentable (nunca se supuso que tuvieran que serlo…). El auténtico drama es otro. Más profundo, más cancerígeno que todo eso, más mortal. Y aquí es cuando de la desilusión paso directamente a la desesperanza, al grito, a cagarme en todo lo que estamos dejando que suceda. Todos. La sociedad al completo. Porque esta guerra de la que hablo no acabará solo con unas cuantas bajas en las filas de una redacción: esta mierda va a acabar con uno de los pilares básicos que debe tener esa democracia sana de la que siempre hemos querido presumir y que siempre ha sido -ahora lo vemos claro de verdad- una mera alucinación, como el que cree haber encontrado un oasis en pleno desierto. Yo la primera.

Sí, me he levantado filosófica y con el humor tocado. Pero es lo que hay. La realidad se lo merece. Que los medios y los grupos que manejan el cotarro informativo en este país decidan que quieren irse a la mierda y cargarse la libertad de expresión y el derecho a la información veraz que tiene el ciudadano es, como mínimo, para salir a la calle y colapsar el país. Ya no disimulan (lo de Cebrián es un ejemplo perfecto de que todo se va al carajo o, más bien, que todo se ha ido al carajo ya). Les da igual, hacen, deshacen, nos mienten abiertamente, nos manipulan… Y nos dejamos manipular.

Que nadie tire la piedra y esconda la cabeza porque, además de ser una bajeza, es de cobardes. Y el periodismo nunca ha sido una profesión de cobardes. Aunque gente ha habido siempre para todos los gustos. Por suerte -y ahora rompo una lanza por el optimismo-, hay muchos valientes aún sueltos. Y algunos saben hacer ruido. Este post es para ellos.

Los buenos

Gracias por gritar por los que no lo hacemos. Gracias porque no nos lo merecemos, pero es necesario. Sin vosotros, los que quedáis aguantando el tipo, ya todo estaría perdido. No importa si no estáis ya en un medio de comunicación de toda la vida, no importa si solo gritáis desde vuestro propio blog, desde el twitter, desde los balcones o desde una rueda de prensa, preguntando lo que hay que preguntar y se supone que no debéis ni pronunciar. Lo importante es que seguís gritando.

Porque al tiempo que Cebrián y tantos como él intentan tapar bocas y poner puertas al campo, el campo crece, se extiende y, a veces, hasta da frutos. Los papeles de Panamá son un ejemplo, pero estoy segura de que vendrán más. De que se ha abierto una puerta a la esperanza en medio de la desilusión. Yo me he ilusionado. Mucho. Y desde el lado oscuro del marketing al que ahora me dedico, me río a carcajadas de todos a los que les habéis destapado las vergüenzas, orgullosa de vuestro trabajo. Envidiosa perdida de no estar ahí, haciendo lo que toca.

Por eso escribo esto. Porque me ardía por dentro la voz y me quemaba la boca del estómago. Porque si esto es lo mínimo que puedo hacer, gritar desde este ridículo confín de un blog cualquiera, quiero hacerlo. Quiero decir que somos muchos los que os admiramos, los que os apoyamos y los que todavía creemos en esta profesión cuya tumba cavamos un poco más cada día. Que yo, por mi parte, dejaré de cavar y empezaré a levantar peldaños en la medida en que pueda. Que si hay que morir, se muere bailando. Gracias. De corazón.

Deja un comentario

Archivado bajo Periodismo

Periodismo, crisis y vocación

Por Eva Diz
El primer post del año de Diario de una periodista en paro no podría hablar de otra cosa más que de periodismo. Un tema que, por suerte y por desgracia, está de moda. La desgracia está clara: El paro en la profesión aumenta por segundos y ya no hace falta ser bueno para sobrevivir, sino barato. Pero también hay algo de suerte en  todo este descalabro.

Desde que estoy en paro he decidido encontrar la parte positiva de todo y he descubierto que todo la tiene. En este caso puede que no lo parezca, pero la hay. Ahora más que nunca se habla de periodismo y es cierto que, en la mayoría de casos, es para decir adiós a un nuevo medio o un hola a un flamante ERE. Pero no es menos cierto que cada vez que sale una noticia mala sobre el sector o la situación de sus profesionales, sale una buena y reivindicativa, una que reclama un cambio,una revolución, una unidad frente a todo esto con lo que nos han hecho comulgar hace ya demasiados años. La suerte de esta crisis (sea culpa de quien sea) es que hemos decidido dejar de mirar hacia otro lado y hemos descubierto que si queremos que algo cambie, tenemos que empezar por nosotros mismos.

El periodismo no ha muerto, el periodismo lo llevamos dentro -bendita vocación, digan lo que digan- y nos gusta, solo que llevamos años practicándolo muy poco porque muchos estaban así más cómodos. Los periodistas nos volvimos escribanos, seguidores de tendencias que nadie cuestionaba, redactores de insultos y majaderías políticas, taquígrafos de donde dije digo digo diego, multitarea a trompicones, polivalentes por obligación, malpagados, presionados… Y, aún a veces -a pesar de todo eso-, conseguíamos sacar el tiempo justo para colarle a los editores reportajes de investigación, buenas historias, coberturas y crónicas completas y artículos de opinión que merecían la pena. Todo eso que nos hacía volver a sentir la bendita vocación del periodismo. Y nos mantenía en una ilusión de ser libres.

En paralelo, uno tras otro fuimos abriendo bitácoras, nuestro pequeño medio de información particular, y nos fuimos dando cuenta de la independencia y libertad que nos ofrecía la red. Es un auténtico placer leer esos blogs y reconozco que, hoy por hoy, les dedico mucho más tiempo que a los medios de toda la vida. Algo está cambiando, compañeros. Esto no es el fin del mundo. Solo un cambio. Adaptémonos. ¡Rebelémonos!

En ZinKfo, hemos decidido ponernos manos a la obra y hemos puesto en marcha un proyecto colectivo para dar un poco más de impulso a esas bitácoras independientes de periodistas, fotógrafos y demás profesionales de la información que generan contenido de calidad. Hoy, de regalo de reyes hemos estrenado el listado de blogs de #periodismoenblog en inforia.es #periodismoenred

El objetivo de esta iniciativa es configurar un espacio único desde el cual los lectores que busquen temas escritos con calidad y buena letra puedan encontrar todos esos blogs escritos por profesionales de la comunicación y disfrutarlos: Gastronomía, ecología, política, cine y hasta astronomía, todo tiene cabida en el proyecto si el objetivo es informar y ser útiles a la sociedad. Un metablog cuya portada se irá actualizando a medida que se actualicen los blogs participantes, con breves intros que apunten hacia los nuevos post. Desde aquí te invito a participar: Déjanos la url de tu blog en http://www.facebook.com/ZinKfo o en Twitter con el hashtag #periodismoenblog. Es gratis 🙂

Y ya para cerrar (son muchas letras juntas para lo poco que llevamos de año), aprovecho y os dejo aquí algunos artículos sobre periodismo, imprescindibles. Y si tenéis alguna recomendación más -que seguro que sí-, dejadla abajo en los comentarios. ¡Gracias por compartir!

 

1 comentario

Archivado bajo Periodismo