Archivo mensual: junio 2012

Comunidad portAmérica: una red social para emprendedores

Por Eva Diz
Ha costado pero ya está aquí: la Comunidad portAmérica se ha estrenado hoy y ya tiene sus 2 primeros proyectos. Somos muchos los que estamos detrás de esta nueva red social de emprendedores, destinada al fomentar el coworking y el networking entre Europa e Iberoamérica, que busca dar un impulso a todos los que han decidido no quedarse de brazos cruzados y hacer las cosas de un modo distinto. Son muchas las ilusiones (y también los nervios, los miedos, por supuesto). Pero hoy, estamos realmente orgullosos porque en el primer día ya tenemos talento para compartir: primer premio al optimismo. Gracias, de verdad.

Sabemos que Roma no se construyó en un día y el mundo tampoco podemos cambiarlo de la noche a la mañana, pero al menos desde ahora tenemos una herramienta más para intentarlo. Con ella podréis desarrollar proyectos colaborativos, encontrar asesores, nuevos compañeros de viaje en vuestras aventuras empresariales, inversores o simplemente gente que crea en vuestro proyecto, gente que te diga «me gusta», apuesto por ti… Esa palmadita en la espalda que tan en desuso anda (y que tanto se agradece).

Os invito a que la visitéis y a que compartáis vuestro talento, vuestras ganas e ideas con el fin de que, con la ayuda de todos, puedan llevarse a cabo: aunque parezca poco, ese será un gran paso hacia una nueva realidad, hacia otro mundo, uno más digno y más sostenible.

Todos los proyectos que formen parte de la Comunidad contarán con todo el apoyo del Equipo portAmérica y trataremos de difundirlos y visualizarlos a través del hashtag #ComparteTalento. Pero solos no podemos, por eso, desde aquí, animo a todo el que lea estas líneas a compartir ese talento que espero vaya llenando esa nuestra comunidad.

Nada más. Pasad, estáis en vuestra casa: Bienvenidos a la #ComunidadportAmérica

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Se buscan optimistas

Por Eva Diz
Se buscan optimistas. Y emprendedores, proyectos, ideas…. sobre todo ganas. Se busca esa fuerza que a veces (demasiado a menudo últimamente) perdemos en quejas, protestas por lo bajo y frustraciones. Se busca optimismo porque muchos estamos ya hartos de tanto lamento, tanto reproche y tan poco futuro.

Reconozco que no soy la más indicada para hablar de optimismo porque hace muy poco que lo practico, pero doy fe de que se vive mucho mejor, al menos yo me siento más libre y más fuerte, como si la crisis fuera un enemigo fácil de batir, un contrincante mediocre al que mirar con la cabeza bien alta. Es cierto, no todos los días se sienten las mismas fuerzas, las mismas ganas… pero no llueve eternamente, ya sabéis.

Ay, pero el optimista es un ser que hoy en día se siente solo, ajeno, olvidado, surrealista. Una pena. Como suele pasarme, llego tarde: ya no se estila esa sana costumbre de verle el lado bueno a las cosas y, la verdad, es que cada vez hay menos cosas buenas a las que encontrarles la cara bonita. Pero haberlas hailas y están ahí, aunque el mundanal ruido las esconda detrás del malestar generalizado.

Desde ZinKfo, nuestra agencia de marketing de contenidos,  hace varias semanas -casi un mes- que estamos trabajando codo a codo con los chicos de Esmerarte Servicios Artísticos en un proyecto nuevo, diferente y cargado de ese optimismo constructivo que tanto se echa en falta: www.portamerica.es, un festival de música internacional, un espacio para la colaboración, la innovación y el talento y una experiencia de naturaleza y gastronomía en el corazón del sur de Galicia.

La idea de portAmérica nace de una de esas personas inquietas, hiperproductivas y cazatalentos que saben contagiarte de entusiasmo y sacar lo mejor de ti mismo. Una de esas personas que te encuentras una vez en la vida y que jamás de los jamases debes perder de vista: son una fuente de aprendizaje inagotable. Su argumento era sencillo: en este país sobra talento y lo estamos desperdiciando. Cuánta gente hay en el paro súperpreparada, cuántos jóvenes esperando una oportunidad… y cuánta gente hay desilusionada que está deseando hacer algo y no sabe cómo encauzar su frustración. La respuesta era clara: Mucha. Muchísima. Y eso nos pareció razón suficiente para intentarlo.

PortAmérica se diseña como festival que busca canalizar todo el poder dinamizador de la cultura hacia esa gente que necesita un impulso, visibilidad, alguien que apueste por sus ideas, por sus proyectos, por su talento. Nace de la desilusión convertida en ilusión, en ganas de hacer las cosas de otro modo y de demostrarle a los que nos quitan las ganas, que sí existe otra forma de actuar, de progresar. De una forma divertida, disfrutando del ocio, compartiendo experiencia y construyendo futuro.

Para ello, alrededor del festival se han creado diversos espacios en los que hacer confluir esa fuerza colectiva:

  • Mercainnova: un escaparate para todo aquel que quiera dar a conocer su negocio, su empresa, sus productos, su trabajo. Un lugar para el coworking, para todos aquellos que trabajan B2B, que ofrecen servicios y colaboración a otras empresas. Un espacio físico abierto a todo el que desee apuntarse desde el que contactar con el público del festival, vender sus productos y demostrar que hay gente que se mueve, que lucha y que se esfuerza a pesar de que la realidad no sea demasiado alentadora. El plazo para inscribirse (gratis) cierra el lunes 18 de junio, ¡ojo!
  • Gastro: espacio creado para mostrar el enorme potencial que tiene la gastronomía como sector de futuro, de innovación, creativo y conector de culturas.
  • Experiencia portAmérica: una opción de turismo sostenible y alternativo en el sur de Galicia, 5 días de acampada al lado de una de las playas más bonitas de las Rías Baixas, en plena naturaleza y con música en directo, deportes de aventura, etc.
  • Comunidad portAmérica: esta es mi parte favorita, aunque todavía tendremos que esperar para participar. Se trata de una plataforma de desarrollo de proyectos colectiva, un lugar en el que encontrar apoyo para proyectos o ideas innovadores que nos lleven a un futuro un mejor que el parece habernos dejado la economía del ladrillo. Una especie de comunidad de coworking online y crowdfounding, en la que todos aunemos esfuerzos para demostrar que las cosas se pueden hacer bien, si uno quiere. Seguro que muchos os animáis a proponer cosas desde ella.
Confieso que estoy encantada (no se me nota nada, ¿a que no?) con formar parte del equipo y de la iniciativa, aunque solo sea poniendo un pequeño grano de arena. Y, bueno, me gustaría que si, alguno de los que leéis esto, veis que podéis participar o aprovechar esta oportunidad de visibilidad de algún modo… ¡no os lo penséis dos veces! Os aseguro que merece la pena. Porque talento tenéis de sobra y dicen que la unión hace la fuerza… 🙂
Os dejo el cartel del festival, porque no todo va a ser trabajo en portAmérica ;-p

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Periodistas, blogueros y Huffington Post

Por Eva Diz
“En Huffington Post no entendemos el blog como un trabajo”, dijo  la periodista y directora del nuevo medio, Montserrat Domínguez, y… la lió parda.

Mañana se estrenará el Huffington Post made in Spain. Seguro que ya lo habéis oído en algún lado: el anuncio está hasta en la sopa y media España espera con la pancarta de Bienvenido Míster Marshall arriba en lo alto. Yo también, lo confieso. Tengo ganas de ver cómo funciona este fenómeno estadounidense en nuestro país y en el resto de países de habla hispana. Imagino que le irá bien, o eso espero, porque si los datos se repiten, podría crear mucho empleo de aquí en unos años (allá, cuando termine la crisis y solo queden algunos supervivientes al exilio). Pero, por el momento, del Huffintong Post solo cobrarán 7 periodistas, los demás (periodistas o no) colaborarán gratis como bloggers.

Montserrat Domínguez lo anunció en unas jornadas en Granada, en las que argumentó esa decisión de no pagar a sus blogueros con una contraprestación en visibilidad que, sin duda, un medio como el HuffPo podrá aportar más que de sobra:

“Para mucha gente, publicar en un medio como este es una oportunidad valiosa y única de llegar a más gente”, dijo. Y agregó:  “Antes solo escribíamos unos pocos y ahora escribe todo aquel que quiere comunicar, contar, compartir sus experiencias. Hay mucha gente que escribe de cosas que le apasionan. Y muchos lo hacen muy bien”.

Pero sus argumentos calaron en muy pocos: la crisis en la profesión, los despidos masivos, los cambios, amenazas y demás incertidumbres introducidas por internet, hicieron que la noticia corriera como la pólvora por toda la red incendiando Twitter con críticas y reproches, como podemos leer en estos tweets recogidos por Esther Vargas para www.clasesdeperiodismo.com

Muchos periodistas, anónimos o con cargos importantes en asociaciones, mostraron su desacuerdo. Un ejemplo de ellos fue Elsa González, presidenta de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (Fape), quién subrayó que «si se hace periodismo, tiene que pagarse, porque trabajar gratuitamente deteriora al profesional». En la misma línea, la Asociación de la Prensa de Madrid y su #gratisnotrabajo salieron en defensa de los periodistas profesionales y su derecho a cobrar por su trabajo. Algunos le dedicaron hasta posts enteros, como es el caso de Javier Pérez de Albéniz en su descodificador.

Otros, sin embargo, consideran legítima esta opción y defienden que, efectivamente, la mayoría de los blogs que se escriben no se hacen por trabajo, sino por afición o necesidad de expresarse, comunicar y contar lo que a uno le pasa o le interesa. Y que muchos, cierto ciertísimo, son tan buenos o mejores que algunos de los artículos que hoy en día se publican en prensa, pagados. Incluyo aquí a un periodista del que soy muy fan: www.obamaworld.es y a otros dos que él introduce en su crónica: Antonio Ortiz y Jesús Gordillo.

Llegados a este punto (y si te has leído tooodos los posts) seguro que ya tienes una opinión formada. Yo tengo la mía, desde luego, ahí va:

Creo que todo trabajo debe remunerarse y, el de periodista, es un trabajo. Por trabajo entiendo que existe un horario (o más bien no existe un horario sino una dedicación casi permanente 24/7), una obligación de escribir cierta cantidad de reportajes/posts de cierta calidad (con fuentes contrastadas, variedad de voces y puntos de vista, textos de opinión bien argumentados…) y una responsabilidad ante el medio y ante los lectores. En fin, un trabajo, se haga desde casa o desde el parlamento o el parque del Retiro que ha de pagarse.

Ahora bien, si lo que ofrece el Huffington Post España son blogs de gente a la que le gusta escribir (y lo hace estupendamente), que opinan de lo que consideran, que lo hacen cuando les viene bien, sin mayor responsabilidad que la conciencia de uno mismo, sin estrés por actualizar cada día, con las fuentes que a ellos les parezcan y en el estilo que les venga mejor, pues entiendo que no haya necesidad de remunerar a nadie. En todo caso, el pago con visibilidad es suficiente, ya que el que escribe ahí asume que no está ejerciendo de periodista ni lo está haciendo en un medio de prensa digital sino en un agregador de blogs, como hay tantos (yo, sin ir más lejos tengo uno, modestito, pero uno: www.inforia.es #periodismoenred).

Lo queramos o no, con Internet, cualquiera puede crear un medio de comunicación (deberíamos empezar a pensar en quitar la exclusividad de esta expresión para los medios periodísticos), desde un blog, una web o una página de Facebook. Esa es la bondad (y, para muchos, la perversión) del 2.0, esa es la esencia de lo que algunos llaman periodismo ciudadano, que no es otra cosa que comunicación ciudadana, de toda la vida, pero ampliada y mejorada gracias a una serie de herramientas.

En definitiva, la cuestión está en si escribirías un blog para el Huffington Post si te lo pidieran… Gratis, por supuesto. ¿Qué? ¿Lo harías?

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Mamá, quiero ser community manager

Por Eva Diz
Ser community manager en estos tiempos se está convirtiendo en algo tan deseado que muchos son los que se lanzan a este mundo sin pensarlo dos veces. Y no es que haya mucho que pensar: la profesión que han consolidado las redes sociales (porque sí, el gestor de comunidad existe desde que los foros son foros y el IRC funcionaba sobre aquella pantalla negra con letras de colores… ¡qué tiempos!) es una de las pocas que no está sufriendo los efectos devastadores de la crisis. Y una de las que mantiene un nivel salarial medio digno (aunque eso depende de a quién le preguntes…)

Conozco a mucha gente (muchos de ellos periodistas como yo) que se han planteado iniciar esta nueva aventura… Y todo el mundo tiende a creer que ese trabajo consiste en poco más que abrir un Facebook y ponerse a hablar con la gente, decir qué hemos comido hoy o qué vamos a tomar esta noche. Lo siento, pero no. Siento romper ilusiones, decepcionar a la audiencia y quebrar sueños pero el que crea que como community manager puede ganarse la vida posteando estados en Facebook sobre el color de las zapatillas que lleva puestas hoy, va muy desencaminado.

No se trata de hacer una tesis doctoral o redactar sesudos comentarios sobre el tema que ocupe a nuestra comunidad, pero ser commnunity manager requiere esfuerzo, planificación, buen contenido, mejor redacción, vigilancia permanente y atención cuidada, rápida y eficaz a todos los miembros de la comunidad. De lo contrario, estaremos fracasando, engañándonos y desvirtuando una profesión que, sí -lo creo realmente-, puede sacarnos de pobres y hacernos volver a disfrutar en el trabajo.

Aunque lleva años en vigor, el gestor de comunidades es un perfil profesional del que poco se había hablado hasta ahora. Sus funciones y responsabilidades pueden variar en función del tamaño de la empresa/marca para la que trabaje,  del proyecto/campaña y de si se trata de un profesional en plantilla, freelance o de agencia.

Tomemos como muestra un botón y pensemos en una empresa de pequeño mediano tamaño. ¿Qué tendría que hacer su community manager? Pues… de todo un poco. Hugo Zunzarren lo detalla en un pequeño listado, ampliable o reducible de acuerdo con el tamaño del departamento de comunicación online que tenga la empresa ( o si no tiene):

  1. Encontrar buenas fuentes que alimenten su discurso.
  2. Tener una buena cultura de la empresa para poder responder eficazmente a quienes lo soliciten en las redes sociales (si tienen, por ejemplo, dudas sobre un producto, sistema de pago, atención al cliente, etc.).
  3. Tener nociones de comunicación para poder atajar crisis incipientes (clientes insatisfechos, ex empleados descontentos, acciones de la competencia, etc.)
  4. Tener  circuitos internos de información que le indiquen las novedades, las acciones que la empresa va a emprender o interlocutores a quienes comunicar las tendencias en cuanto a necesidades que va detectando (producto, Marketing, RRHH, SAT, etc.).
  5. Conocer herramientas de comunicación online (sindicación de contenidos, alertas..).
  6. Conocer herramientas de reporting.
  7. Dominar las redes en las que esté la empresa según la estrategia de comunicación establecida para una línea editorial concreta, (Facebook, Twitter, Youtube, Pinterest, Viadeo, etc..).
  8. Tener nociones de blogging.
  9. Conocer herramientas de medición de resultados (notoriedad, influencia, alcance, impacto),
  10. Tener nociones de publicidad (ya que va a ser quien propague el mensaje corporativo en forma de publicidad).
  11. El SEM-SEO, el lenguaje HTML  no le deben, tampoco, ser desconocidos. 

En esencia, el  community manager no es el que redacta el contenido, sino que lo difunde de la mejor manera posible para llegue y sea comprendido tal y como nos interesa por el mayor número de personas que conforman nuestro target. Además, ha de recoger el feedback de ess personas y transmitirlo a la empresa. Por eso, hay que tener cuidado con el optar por un community manager para todo, ya que si está a mil cosas, pocas podrá hacer realmente bien.

El community manager es así un perfil complementario al del content curator del que hablaba el otro día, un profesional más volcado en la gente, más cerca de los servicios de atención al cliente que del redactor de un periódico. La opción ideal sería que todas las empresas tuvieran un content curator, encargado de detectar, seleccionar, filtrar, revisar y reeditar con valor añadido la información/el contenido que a la marca le interesa transmitir, y un community manager entregado a su comunidad que será el que se encargue de darle a la comunidad ese contenido de calidad que proporciona el content curator. Y aún podría haber un perfil más, el más estratega, el responsable del área de redes sociales… el social media strategist, el que piensa, define y diseña el plan de acción y contenidos en redes.

Ambos trabajos son trabajos de verdad, para los que hay que estar formado y preparado y para los que, no, no vale cualquiera. Pero todo el mundo puede aprender 🙂 o casi. Lo imprescindible es que uno tenga pasión absoluta por lo que hace, esa -en mi opinión- es la única forma de soportar los días duros de trabajo y de disfrutar de verdad los buenos.

Y bien, ¿tú de quién eres: content curator, community manager o social media strategist?

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